Joel 2:25-27
25 Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.
26 Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.
Mis queridos lectores, las personas en general pero especialmente los cristianos, tenemos que vivir tiempos en los cuales pareciera que estamos solos, que las cosas no salen como esperábamos, épocas en que nos vulneran nuestros derechos.
Algunas personas conociendo que algo es nuestro, aún así nos irrespetan y toman lo nuestro, esto humanamente hablando, pero espiritualmente existen situaciones en las cuales el enemigo ha quitado bendiciones en nuestra parentela, se nos ha quitado algún bien, o derecho que teníamos sobre algo( esto en cualquier área ya sea física, emocional, económica, ministerial, o intelectual), esto pudo haber ocurrido por no haber tenido el conocimiento de nuestros derechos, por haberle abierto la puerta al pecado, especialmente pudo haber ocurrido por no haberle dado el primer lugar a Dios en nuestra vida, por haber simpatizado con lo malo y por haberlo permitido, pero la gran noticia es que entramos en tiempos de restitución en el cual vamos a recibir(o nos va a ser entregado, restituido en gran manera lo que se nos había quitado) y con intereses.
En el texto bíblico inicial Joel 2:25-25 encontramos esta promesa que nos sirve como soporte espiritual para reclamar nuestra promesa y derechos que tenemos sobre todo lo que hemos estado orando y que el enemigo nos había querido quitar.
Declaro. Que entro ya en mi tiempos de restitución, y nada ni nadie podrá hacerme frente para que pueda recibir, obtener mis derechos legales que tengo sobre mis promesas, espiritualmente hablando y declaro que las veo materializadas llegando a mis manos, a mi vida y en general que reclamo y recibo ya, mis derechos que me pertenecen a mi y aún las que fueron quitadas aún a nivel familiar antes de mí, y nunca, nunca jamás volveré a ser avergonzada.
Recibiremos la llave que abre la puerta para que entremos a tomar posesión de nuestros derechos. Amén
Muchas, muchas bendiciones.
Lucelly
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